Comparto con vosotros este relato de mi amiga Sara, que no es solo amiga en la blogosfera sino también en el mundo real. Os animo a que visitéis su blog, ya que es una excelente microrrelatista.
Aquí estás, como si no hubiera pasado el tiempo. Como cuando volvías de las vacaciones con ganas de ver si el nuevo curso era eso: nuevo. Y sientes exactamente lo mismito. Odias a todo el mundo y darías lo que fuera por desaparecer de esa puta fiesta a la que no sabes muy bien por qué has ido. Te has bebido cuatro o cinco pelotazos a ver si así pero ni por esas. Pensabas que estos veinticinco años habrían cambiado las cosas y ves que no. Begoña López sigue siendo “la pija”: quince kilos más y unas patas de gallo que intenta camuflar sin conseguirlo, pero la misma mema estirada. Nico el Chincheta pretende hacernos creer que ya no se siente el payaso de la clase restregándonos su éxito en los negocios. Y yo ¿a quién quiero engañar? A pesar de mis dos carreras y mi máster en el extranjero…
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me suena familiar…. pasado en el pasado está!!
¡Sí que es bueno!
¡Mucho! A mí me encantan sus relatos
Muy bueno, ya tengo otro blog que seguir, se me acumula el trabajo 😀
Creo que te gustará el blog de Sara. ¡Un abrazo!
Muchas gracias Mayte. Eres un sol. Y me voy a sonrojar… 🙂
Gracias, Mayte, por dárnoslo a conocer.
Muchas gracias Mayte, me ha gustado el retrato descarnado que el paso del tiempo deja del pasado. Un asco. Un besazo.
Sí, es un relato estupendo sobre el paso del tiempo, que no siempre cura las heridas (a veces las vuelve a abrir). Un beso