«Cómetela», le dice una de las chicas rubias de melena larga. Ella observa el animal muerto con una mezcla de miedo y asco. «Pero… Es una rana muerta», musita ella mientras escucha el crepitar de las hogueras de San Juan que arden en la playa. «Si quieres ser de nuestro club, tienes que comértela», insiste otra de las chicas guapas. Coge al anfibio por una pata trasera y muerde la otra cerrando los ojos, sintiendo el nauseabundo tacto fibroso en su boca mientras las chicas del club se ríen y lo graban con sus móviles para colgarlo en la red.
Con este relato participo en el reto de escritura de junio del blog de Lídia Castro.
Un poco como las novatadas de los colegios mayores.
Y lo malo es que esa crueldad ahora se amplifica por las redes.
Buena historia, Mayte.
Besos
Sí, estas crueldades han existido siempre, pero con Internet el problema se agranda. Un abrazo, Paloma
Una realidad peligrosa la de las humillaciones, la plasmas muy bien en tan pocas palabras.
No entiendo por qué me sale como que no te sigo, antes vi que habías publicado y al ir a buscar la entrada no me aparecía, en fin, suerte que me he dado cuenta. Un abrazo.
A veces WordPress hace cosas raras… No te preocupes. Gracias por comentar. Un abrazo.
Dicho así da un poco de asco, pero si te lo sirven en un restaurante caro de cocina de autor sonaría hasta apetecible.
Bueno, no.
Seguro que algunos hasta pagarían una fortuna por comerse una rana cruda en un restaurante para pijos. Yo desde luego no. Un abrazo
Buena propuesta para el reto, realista. Besacos!
Gracias, Sadire. Un beso
Ay, qué asquito. Aunque da más la situación, que bien podría ser real. Muy bueno, Mayte.
Un besote
Gracias, Luna. Sí, da bastante asco (espero que no lo estuvieras leyendo mientras comías). Un beso
Pues no habría sido raro, pero por suerte no. 😅
¡Es genial que te hayas unido al reto este mes, Mayte! 😀
Y tu micro es realmente descriptivo. Creo que todas nos hemos trasladado a esa playa y sentido el tacto fibroso en nuestra bocaaaa ¡puaj! Como he dicho, muy descriptivo y divertido (aunque no para la chica que tiene que pasar «la prueba»).
Muchas gracias por participar en el reto. Un abrazo grande, Mayte 🙂
Gracias a ti, Lídia. Hoy tenía un rato y se me ocurrió esta historia (a veces es complicado inventar algo coherente con las cartas y el dado que nos propones). Un beso fuerte
Sino no se llamaría reto 😉 jeje. Beso de vuelta 😘
Claro, claro. La propia palabra lo dice todo 🙂
Chica, que repelús me dio lo del tacto fibroso de la rana.
Son un poquito hijas de puta en el club ese.
Pobre chica.
Y coincide mi opinion con otros comentarios. Hoy en día es peor que nunca porque encima la humillación es doble con las redes.
Nunca he comido rana cruda, pero imaginé que la textura sería fibrosita… Bueno, ya paro, no vaya a ser que vomites por mi culpa.
En fin, lo de divertirse a costa de los demás es un problema que, como dices, ahora es mayor con las redes sociales, whatsapp, etc.
Un abrazo, María del Mar
Yo a lo máximo que llegué fue al sushi, y lo odio XD
El mundo… tres hurras por la inteligencia suprema. Es una verdadera pena que mucha gente se comporte así con esta superioridad/esnobismo/estupidez/crueldad en aras de aceptar a otros en su club. Aunque me da que con tanto desprecio no se acepta a cualquiera de forma sincera o verdadera. Y otros/as tragan…
No sé, por lo menos un vuelta y vuelta como una hamburguesa poco hecha en esa hoguera de San Juan…
Eso último es broma…
Bueno, con un traguito de cerveza…
Es broma…
Todavía estoy por aquí pensando en todo esto. Lo mío eran bromitas tontas. Creo que a casi todo en esta vida se le puede dar un toque humorístico. Aunque estos comportamientos… poca broma con ellos. Son crueles, estúpidos y peligrosos. Hace poco saltaba la noticia de la sentencia para ese «tonto» que hizo comer galletas tipo Oreo rellenas de pasta dentífrica a un indigente, y lo grabó y lo colgó. Muy triste, de verdad. Es una pena que haya gente que se deje inculcar dinámicas de estas, o que se dejen influenciar y pasen a comportarse así. Todo… ¿por qué? ¿Popularidad, aceptación, vanidad?
Te ha quedado muy bien darle ese enfoque a la propuesta de Lídia. Muy bien pensado y logrado.
Gracias, What. La necesidad de pertenencia a un grupo, sobre todo en la etapa adolescente, es lo que creo que incita a algunos a dejarse humillar. Lo de la pasta dentífrica fue de una falta de ética absoluta. Y, aunque no es el mismo caso, una vez un hombre murió por comerse una babosa (le transmitió una enfermedad). En este caso fue por una apuesta, nadie le obligó, pero me he acordado ahora mientras respondía a tu comentario.
Un relato real como la vida misma. Hoy cualquier cosa es válida para colgarlo en las redes. Un buen relato.
Besos Mayte.
Gracias, María. Un beso.
¡Cualquier locura a cambio de la aceptación en el grupo! Una realidad más evidente aún, en esta era de la tecnología y las comunicaciones prácticamente instantáneas. ¡Excelente micro, Mayte!
¡Abrazos!
Esa necesidad de sentirse parte grupal, sobre todo entre los más jóvenes, genera estas historias, que sin embargo, han existido siempre, aunque ahora magnificadas por las redes sociales. Sea como sea, prefiero el café que tengo entre manos que morder a la rana 😨
En fin… el micro…genial 😉 Un abrazo Mayte.
Muchas gracias, Carlos. Abrazos y buen finde
¡Buenas noches Mayte! Me han gustado las piezas….y todavía más el puzle; con su «carga de profundidad» bien presente… Te deseo mucha suerte. ¡Un abrazo!
Muchas gracias, Jorge. Es un pequeño juego de escritura que propone todos los meses la bloguera Lídia Castro. A lo mejor, si quieres, también puedes animarte a participar. Un abrazo
La cuota de sacrificio muy alta pero para ella, vale la pena. Bien preparada para el reto. Saludos.
Muchas gracias, Mac. Abrazos
Pingback: EJ: Creaciones participantes | El Blog de Lídia
Uff que fuerte!! el relato muy bueno, pero con la carga real que lleva me pone los pelos de punta, en esta vida siempre habrán tontas, siempre habrán bellas-retontas, etc etc.
Gracias, Scraptella, por pasarte y comentar. Un saludo.