Su marido solía volver a casa del trabajo sobre las 18:00 horas. Aquella tarde, el reloj marcaba las 18:15 y aún no había llegado. A las 18:30 decidió llamarle por teléfono, pero no respondió. Era muy extraño que se retrasara y que no enviara ni siquiera un mensaje para avisar de su demora. A las 19:00 ella ya tenía claro que su marido había tenido un accidente. Seguía sin responder al teléfono y eso era incomprensible. A las 19:15 comenzó a tomar fuerza la hipótesis de la infidelidad. Al fin y al cabo, llevaban quince años juntos, ella estaba perdiendo la belleza de la juventud y su marido era un hombre maduro pero atractivo, una golosina ansiada por las chicas jóvenes que merodeaban por su oficina. A las 19:30 ya había pensado palabra por palabra en el rapapolvo que iba a soltarle cuando entrara por la puerta. A las 19:45, su marido apareció, muy sonriente, en el salón donde ella se mordía las uñas mientras simulaba ver la televisión. Al mirarle, se dio cuenta de que ya no llevaba el aparato de ortodoncia en los dientes y fue entonces cuando recordó que su marido tenía cita aquella tarde con el dentista.
Nada recomendable la actitud de la protagonista…además comenzó a «pasarse películas»… Bastante insegura, diría. Pero, probablemente habrán muchas o muchos viviendo o reaccionando de manera parecida. Ojalá tu relato les sirva para repensarse.
¡Buena historia, Mayte!
¡Un abrazo!
Gracias, Saricarmen. La mente a veces juega muy malas pasadas. Un abrazo
Todos tendemos a montarnos historias en base a hechos no probados y a nuestra propia ansiedad emocional. Tal vez falta de autoestima, carencias afectivas, que se yo. Pero lo cierto es que a veces es imposible evitar el momento de ansiedad. Muy bueno Mayte. Un abrazo.
Sí, a todos nos pasa alguna vez, aunque hay que controlar esos estados mentales tan perniciosos para no llegar al extremo de esta mujer. Un abrazo y gracias de nuevo por leer y comentar
Jajajaja, la desconfianza y el dar vueltas a la cabeza son malas consejeras.
Besos primor.
Muy malas, María. Un besote
baja de autoestima la señora, pero muy ocurrente el relato de la ortodoncia a la edad de ?, buen relato
No creas que es tan original lo de la ortodoncia. Yo conozco mucha gente con 30 y 40 que la llevan. Se ha puesto de moda. Un abrazo y muchas gracias, Daxiel
Hay personas que siempre se ponen en lo peor, y se autodestruyen. ¡Siempre hay más de una posibilidad! Muy buen relato. Un beso.
Muchas gracias, Luna. El pesimismo es una enfermedad terrible. Un abrazo
Jajajaja 😂 Qué suerte poderse deshacer de la ortodoncia 😅 Yo acabo de empezar!! Muy bueno el relato y cuando has salido con lo del dentista 😂 me he tronchado!! Un abrazo, Mayte!
Un olvido poco oportuno, jeje. Un beso, Lidia
Tenía una agenda en la cabeza y se olvidó de anotar la cita con el dentista…. Muy bueno!!!
Muchas gracias, Claudia!!
Pobre chica, de lejos la vemos una neurótica pero lo mal que lo deben pasar las personas así.
Me gustó 🙂
Muchas gracias, doncella!!
De 0 a 100 en milésimas de segundo. También deberíamos considerar la opción de que su marido fuese excesivamente metódico, en este caso la «comida de cabeza» de la chica podría excusarse un poco. Aunque mejor no ponerse en lo peor, claro.
Besacos!!!
Ponerse en lo peor no es bueno, aunque alguna vez se acierte… Un beso, Sadire
Menos mal que no tenía una pistola a mano, que suspicaz y desconfiada. Jajaja, me ha encantado Mayte. Un beso.
Muchas gracias, Carlos. Un beso
Menos mal que se acordó, mira que si le pregunta que donde ha estado?
O le pregunta por «la otra»… Un abrazo, Francisco
Otro para ti, buen finde !
😀 😀 😀 😀 😀
¡Qué malas pasadas juega la memoria… cuando no recuerdas algo que compete a las actividades de la pareja!
Jajaja, sí, es verdad. Un abrazo, Lord Alce
Me encanta la longitud de tus relatos, Mayte. Y también que vayas cambiando de temas: humor, reflexión, drama…
Este ha sido un poco comedia de situación, pero pone de relieve como nos comemos la cabeza demasiadas veces de forma innecesaria. Reflexión con humor, buena combinación 😉
Carlos
En este relato está todo muy exagerado, pero en determinadas ocasiones la cabeza se descontrola y acabas imaginando escenarios que en verdad no se corresponden con la realidad. Muchas gracias de nuevo por comentar. Un beso
La ansiedad acorrala y se pierdes razón . Pan de cada día.
Te felicito, muy claro.
Muchas gracias, Tito. Un saludo y gracias por visitar mi blog
Un brillante reconocimiento al siempre vigente pesimismo radical. Aplausos.
Hay gente que lo ve todo negro. Un saludo y gracias por pasarte
Vivir así debe ser difícil. Estar pendiente del reloj y montarse esas historias mentales. No es sano
Sin duda, vivir así es totalmente autodestructivo. Gracias por pasar por mi blog.
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Un relato femenino en el que el hombre no es el malo… Me ha gustado el final, sin duda. Hasta pronto!
Los hombres no siempres son los malos. Un beso