Por aquel entonces yo estudiaba Filología Hispánica y estaba obsesionada con la literatura. Solía comer en la cafetería de la universidad mientras leía ediciones comentadas de los grandes clásicos. También llevaba siempre conmigo un cuaderno que garabateaba a menudo con intensos poemas atormentados. Él era un chico muy atractivo, estudiante de Derecho, y yo era un completo estereotipo de chica introvertida aspirante a escritora. Él solía comer acompañado de sus amigos y yo le observaba de reojo. Tal vez no fuera mi tipo. Definitivamente no lo era, pero me gustaba mirarle. Además, su amor no correspondido contribuía a alimentar ese tormento que tan bien me venía para desempeñar mi papel.
El destino quiso que un día nos juntáramos en la misma mesa a la hora de comer. La cafetería estaba abarrotada y él no encontró ningún otro sitio libre. Ese día, además, estaba solo.
—¿Te importa si me siento aquí? —me preguntó.
No tenía muy claro si quería que se sentara a mi lado. Yo era extremadamente tímida y no se me ocurría de qué podría hablar con él.
—No, no me importa. Siéntate si quieres —le dije, más por educación que por un verdadero deseo de conocerle.
Ese día llevaba conmigo un ejemplar de El Quijote que tenía desgastado de tanto releerlo. Mientras comía, mi mirada se concentraba por enésima vez en el pasaje del retablo del Maese Pedro.
—¿Qué estás leyendo? —me preguntó él, con una simpatía espontánea.
—El Quijote.
—¿Y te gusta o lo estás leyendo porque te lo han mandado leer en clase?
“Típica pregunta”, pensé. Supuse que aquel chico era de los que pensaban que nadie podía estar tan loco como para leer ese libro si no era por obligación.
—Me gusta mucho. Pero ahora lo estoy releyendo porque tengo un examen sobre la obra dentro de unos días —respondí.
—A mí también me gusta leer —dijo él.
Se agachó para sacar algo de su mochila y al incorporarse me enseñó la cubierta de un libro. No pude evitar una mirada condescendiente cuando leí el título: Los pilares de la Tierra, de Ken Follet.
—¿Lo has leído? —me preguntó.
—No —respondí—. Yo no leo bestsellers.
Me estaba comportando como una estúpida engreída, pero no podía evitarlo. Por aquel tiempo, yo era así. Aún no había terminado de salir de mi larga adolescencia y a veces me gustaba creer que era más culta que el grueso de los mortales. Él, en cambio, era mucho más educado y sociable que yo. Y en lugar de ignorarme, que es lo que debería haber hecho, siguió charlando conmigo y acabó dándome una inesperada lección.
—Tal vez deberías hacer una excepción con este —dijo él.
—No me gusta leer lo que lee la mayoría de la gente.
—En ese caso, si tu criterio para leer un libro es que no sea un bestseller, tal vez deberías dejar de leer El Quijote, porque como seguramente sabes, esa obra es una de las más traducidas y vendidas de todos los tiempos.
—Sí, es verdad —reconocí, un tanto molesta—. Pero no es lo mismo.
—Es cierto. No es lo mismo. Coincido contigo en que Ken Follet no va ganar nunca el premio Nobel de Literatura ni tampoco va a pasar a la historia como el inventor de la novela postmoderna. Pero Los pilares de la Tierra es una novela entretenida, con un argumento interesante y una recreación histórica de la Edad Media muy bien lograda.
Si seguía desaprovechando de esa forma tan arrogante y absurda las pocas oportunidades que tenía de conocer a chicos simpáticos y atractivos, iba a acabar convirtiéndome en un espécimen extravagante e insoportable. Quise enmendar mi torpe comportamiento, pero la ocasión tardó en llegar. Pocos días después de aquella conversación, me caí por las escaleras de mi edificio y me rompí una pierna. Pasé casi dos meses obligada a hacer reposo en casa y para mí fue un auténtico suplicio. Durante ese tiempo leí todos los libros que los profesores habían fijado para ese semestre. También los del semestre siguiente. Estaba agobiada de estar en casa y de dedicarme exclusivamente al estudio. Me sentía como Quevedo desde su destierro en la Torre de Juan Abad, “conversando con los difuntos y escuchando a los muertos”. Decidí ponerme a leer otros libros con objeto de distraerme.
Mi madre tenía bastantes novelas que compraba a través del Círculo de lectores y ataqué su estantería con voracidad insaciable. Uno de los libros que en aquellos días de encierro cayó en mis manos fue Los pilares de la Tierra. Al principio traté de resistirme. Hoy me alegro de la decisión que tomé.
Una vez recuperada de mi lesión, regresé a la universidad. A pesar de que ya lo había acabado, me paseé por la cafetería con el enorme volumen de aquella memorable novela histórica. Él se fijó en mí. También en el ejemplar que llevaba en los brazos. Me sonrió. Yo le devolví la sonrisa.
Este relato participa en el concurso convocado por Zenda #historiasdelibros.
Disfruté mucho tu relato, Mayte!!! Gracias!
Muchas gracias, Claudia!! Abrazos!!
Muy chula la historia, una historia corriente, que bien podría formar parte de un best seller, de esos que lee todo el mundo. 😉 Besacos
Gracias, Sadire!! Me gustan las historias de gente corriente, formen parte de bestsellers o de obras literarias más sesudas. Es positivo leer de todo. Besos!!
Me ha gustado mucho,
Muchas gracias!! Besos!!
Muy agradable de leer tu propuesta!!!
Muchas gracias!! Te agradezco tu comentario. Saludos!!
Entretenido, ameno y de fácil lectura. Muy chulo.
Gracias, Luna. Un abrazo!!
¡Me encanta el libro! Y tu historia es genial.
Besos.
Muchísimas gracias, María!! Valoro mucho tu opinión y me encanta que te haya gustado la historia. Besos!!
Trazas un perfil detallado que destila realidad. Tu protagonista engancha hasta enamorar. El Quijote es muy entretenido y ese otro, que comencé a leer, me pareció tan fantasioso que, miente hasta en el título, permanece olvidado en un estante abandonado. De León el aficano y El puente de Alcántara en cambio guardo un recuerdo excelente. Un beso.
Muchas gracias, Carlos. A mí me gustaron los dos, tanto El Quijote como Los pilares de la Tierra, pero son libros muy distintos para leer en diferentes contextos y con expectativas distintas. De los otros dos que comentas, no conozco El puente de Alcantára, pero León el Africano me pareció maravillosa. Un abrazo
Del otro Maalouf:
No conocía a este músico. ¡Menuda familia de artistas los Maalouf! Gracias, Carlos.
Me alegra mucho que te guste!!
Agradable de leer y estupenda trama.
Un apunte que, si no hago, me asfixio: yo tampoco soy de superventas. Con matices.
No es que lo considere mejor o peor literatura, porque para eso tengo el criterio de mi mujer sobre los vinos: Si me gusta, es bueno; si no me gusta, puede que sea malo.
No, no es nada de eso. Es que soy vago. Y trato de que el universo trabaje para mí. Por eso dejo que el tiempo filtre y me deje lo mejor ya seleccionado —aunque me pueda quedar sin leer una magnífica obra perdida, pero se perdona el golpe por el trabajo—. Vale que siempre se me cuela alguno reciente, de menos de cincuenta años y, por lo general, no me arrepiento de leerlo. Pero si puedo, lo dicho, que trabaje el tiempo.
Muchas gracias, Torpeyvago (ay, me da cosa llamarte así, jeje…).
La protagonista de mi relato no es exactamente mi alter ego, pero sí nos parecemos en algunas cosas. Y la verdad es que yo suelo recelar un poco de los bestsellers, pero creo que algunos merece la pena leerlos. Para mí no es lo mismo leer «Los pilares de la Tierra» que «50 sombras de Grey»… También hay que tener en cuenta que la literatura tiene muchos fines, y uno de ellos es el entretenimiento. Por eso, dependiendo de las expectativas con que leas una obra, algunos bestsellers responden bien a ese objetivo de entretener.
Si no he entendido mal, tu criterio es dejar que el tiempo (¿la crítica?) decida por ti. No está mal pensado. Yo me fío bastante de algunos blogs de reseñas, sabiendo de antemano que quien recomienda tiene unos gustos muy afines a los míos.
Un abrazo y muchas gracias por comentar y aportar tu interesante punto de vista.
Mayte, sin miedo: el alias lo elegí yo. —Bueno, o mi microhistoria.—
No, no me refiero a la crítica, sino a la trascendencia histórica. Es más, … errrr… ¿democrática?, ¿independiente de modas? Bueno, no lo sé, pero es verdad que pasados cincuenta o cien años las críticas de la época poco importan. No creo que lea en esta vida ni «Los pilares de la Tierra» ni «Cincuenta sombras de Grey», aunque me haya leído «El final del déspota» de Law Space —y otros ciento y pico del mismo pelaje—. Ya ves, incluso con criterio, soy incoherente.
De los nuevos, sí que suelo leer los de los autores de los blogs que sigo: «La sombra dorada», «Las crónicas del otro mundo», «Cazador y presa», «La asurda e inqueible de Edelmiro Páez»… pero en general, ya digo, dejo que el tiempo los pose y, por tanto, me los seleccione.
¡Muy entretenida! 🙂
Muchas gracias!!
Me ha gustado mucho la manera de enfocar tu relato. Yo en tema de literatura siempre estoy abierto a todo. Mira, voy a hacer una cosa… voy a arriesgarme recomendándote un libro, tengo la corazonada que te gustaría leerlo. Se titula “Memoria por correspondencia” de Emma Reyes, editorial Libros del Asteroide. Un abrazo Mayte.
Muchas gracias, Carlos, tanto por comentar como por la recomendación literaria. Me lo apunto y lo tendré en cuenta para mis próximas lecturas. Un abrazo!!
Me gustó mucho tu relato. Me regalaste un rato muy agradable para acompañar mi café. Mil gracias y bella tarde para ti.
Muchas gracias!! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Tengo la plena seguridad que tu relato va a tener bastante aceptación en el concurso. Una lectura agradable y el tema es muy interesante. Vamos esperar con impaciencia los resultados.
Muchas gracias, amigo, pero la verdad es que cuando me presento a concursos literarios no suelo hacerlo con muchas expectativas de ganar. Se presenta muchísimas gente y hay escritores muy buenos. Yo me divertí escribiendo el relato y veo que ha tenido muy buena acogida entre vosotros, mis compañeros blogueros. Y eso para mí ya es un gran premio. Besos!!
Me ha gustado la historia, quizás me he visto un poco en la protagonista porque yo tampoco soy de leer muchos bestseller pero alguno que otro ha caido en mis manos y he sido carne de cañón como tantos… jjj
Los pilares de la tierra me lo regaló mi padre hace unos años y todavía no he tenido la decencia de leerlo, no se, no me animo…, en fin, a lo mejor algún día me pasa como a tu protagonista.
Un abrazo, Mayte
Hola, Mukali. Como ya he comentado a otros compañeros, la literatura desde mi punto de vista tiene varios fines, y uno de ellos es el de entretener. Y dentro de ese fin, algunos bestsellers encajan a la perfección. Eso sí, no se les puede exigir lo mismo que a una obra literaria de más envergadura. Algunos bestsellers me han decepcionado enormemente, pero Los pilares de la Tierra no está mal. Un beso y gracias por tu comentario.
Muy buen relato; una trama muy bien llevada y con un final adecuado. A la vez que un título muy bien pensado.
Es la típica historia que algún día querría que sucediese en mi vida…
Pd: Aún y no haber leído ambos libros, sé que su fama les precede; ¡vaya par de valientes los personajes de la historia!
Pd2: ¡Suerte en el concurso!
¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado. La resolución del concurso ya fue y no gané… Pero no pasa nada porque me encanta que lo que escribo os guste a vosotros. ¡Un saludo!
Bonito relato, te invito a q pases por el mío.intento escribir un libro online basado en un HECHO REAL.ya va tomando forma y espero q siga avanzando con el tiempo.
Espero tu opinión con deseo
Muchas gracias!! En cuanto pueda me paso por tu blog. Un saludo
Haz hecho una historia entretenida de algo trivial. 🙂
Muchas gracias!!
Yo tampoco leo Betselers, soy como tú. No por nada, simplemente no me llaman.
Me ha encantado el relato.
Te recomiendo, si quieres leerlo, En tiempo de prodigios, de Marta Rivera de la Cruz. 11 años después me emociona como la primera vez, me lo he leído mcuhas veces.
Un saludo
Muchas gracias por pasarte y leer mi relato, y también por la recomendación. Un saludo, Patricia
Se agradece encontrar textos tan bonitos. A ti por escribirlo y transmitirlo a los demás. ¿Es real la historia? Por curiosidad 🙂
Un saludo Mayte
No, no es real… Aunque cuando tenía la edad de la protagonista yo era un poco como ella. Un abrazo y muchas gracias
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éxito en el concurso. Saludos.
Muchas gracias, Roberto. El concurso ya pasó y no resulté ganadora, pero no pasa nada. Es un relato que ha tenido mucho éxito entre los que me visitan y eso ya es un premio para mí. ¡Un saludo!
Lo más lejos que he llegado es una mención especial. jajajaja tranquila, el mejor talento es la perseverancia….
Una lectura agradable y entretenida. Me encanta cuando los clichés son narrados de forma que se te olvida que es un cliché. Saludos n.n
Muchas gracias, Óscar. Un saludo y gracias por visitar mi blog.