Guepardo

“Si pudieras pedir un deseo, ¿cuál elegirías?”, te preguntó tu hijo mientras jugabais a Aladino con la vieja lámpara de aceite que la abuela guardaba en el desván. “Correr como un guepardo”, respondiste. “¿No preferirías ser un galgo o un caballo?”, te preguntó él. Ahora, con un insólito acelerón inicial, te colocas el primero de la carrera. “Los guepardos ganan siempre porque pueden acelerar de cero a noventa en cuestión de segundos”, le explicaste al niño aquella tarde. Una brisa seca, demasiado cálida para estas fechas y estas latitudes, te roza la cara. Pronto dejas atrás al resto de corredores. El suelo adoquinado se llena de un polvo amarillento y los edificios renacentistas adquieren la forma arbórea de viejos baobabs. Una pelambrera punteada asoma bajo tu dorsal con el número veintiocho y, a escasos metros, un avestruz inquieto amenaza con robarte el primer puesto de la meta.


Mención especial del jurado en el XI Concurso de Microrrelatos San Silvestre Salmantina

 

6 comentarios en “Guepardo

  1. Paco Mendoza

    Qué habilidad sigues teniendo para engañar al lector y terminar con un giro inesperado…
    Por cierto que he tenido una neuróloga con tu mismo nombre y apellido, lástima que se haya mudado de ciudad, quiero creer que por amor.
    Un abrazo navideño, Paco

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