Seguramente todos hemos tenido alguna vez una crisis de identidad en la que nos habría gustado ser otra persona, vivir en otro tiempo, estar en otro lugar. Esto es precisamente lo que le sucede a Paco, el protagonista de la novela La foto de un crimen, del escritor barcelonés Javier Valero.

El argumento de este thriller comienza con la imagen desganada de un hombre abandonado a la desidia que, tras haber sufrido un grave accidente de tráfico, no tiene muy claro qué hacer con su vida. Sus días pasan iguales unos a otros entre la oficina y la soledad de su casa, hasta que por casualidad encuentra en un periódico una fotografía impactante en la que se retrata el momento exacto en el que un hombre asesina a otro lanzándolo por un barranco. ¿Hasta qué punto puede llegar alguien a obsesionarse con una persona, con un lugar, con un acontecimiento?

La novela de Valero es el relato de una obsesión, pero también una historia que habla sobre la búsqueda de la identidad y sobre esa necesidad abstracta de encontrarse a uno mismo. Quienes se adentren en esta novela encontrarán una prosa cuidada y elegante en la que destaca la recreación de una atmósfera inquietante en un entorno rural medio deshabitado, así como una descripción muy detallada de los paisajes naturales donde se ambienta la novela. He googleado el nombre de los pueblos que aparecen, pero no he sido capaz de localizarlos. Me queda la duda de si son lugares inventados o sitios reales a los que el autor le ha cambiado el nombre.

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