“Puro código y algoritmos, así de fácil”, piensa en voz alta mientras teclea en una pantalla negra. Todo parece funcionar tal como lo ha programado: el cielo, la tierra, los océanos, las plantas, los animales, el hombre y la mujer. Pero, un momento, ahora hay algo que no está funcionando correctamente: la mujer acaba de coger una manzana de un árbol equivocado. ¿Cómo es posible? Se enfada y piensa que un virus o un hacker han debido de colarse en el sistema. Trata de arreglarlo, pero a medida que teclea, su creación va estropeándose más y más…
Ocasionalmente me presento al certamen «Relatos en cadena» de la Cadena Ser. La pasada semana había que escribir un microrrelato comenzando por la frase «puro código y algoritmos», y esta especie de exégesis bíblica es lo que se me ocurrió.
Creía yo, inocente de mí, que los pies forzados eran cosa de los siglos pretéritos, pero ya veo que no, y que pueden alumbrar textos tan antiguos y modernos a la vez. ¿Y qué pasó luego?
Un abrazo, Paco
Gracias, Paco. Lo que pasa luego es un Apocalipsis informático total. Un abrazo
¿Así que este mundo es un error de programación? Eso explica muchas cosas 😉 Enhorabuena por el relato, es muy muy fino. Un fuerte abrazo, adelante!
Muchas gracias, Rafalé
Una Génesis actualizada a los tiempos que corren, hacker incluido. Muy bueno Mayte. Abrazo.
Muchas gracias, Carlos. Así me pillas, reescribiendo las Sagradas Escrituras, nada menos… Un abrazo
Algo tan arcaico como unos (hábiles) dedos para crear una historia binaria que resume este y otros tiempos con maestría.
Muchas gracias por tu comentario, Joiel, aprecio mucho tus palabras. Un abrazo
Hola, te quedó super bien, la idea de un ser supremo manejándonos a través de la tecnología y viendo su creación descomponerse me parece muy original. Llego a tu blog después de leer la reseña de Rafalé. Te estaré visitando… Saludos.
Muchas gracias por pasar por mi blog, Ana. Yo también he comenzado a seguirte. Un abrazo y nos leemos por aquí