—Buenos días, me gustaría organizar todo lo necesario para un funeral.
—Le acompaño en el sentimiento —respondió el hombre de la funeraria—. Lo primero que tiene usted que decidir, si el difunto no lo había hecho ya, es si se va a realizar un entierro o una cremación.
—Un entierro. Entierro tradicional.
—De acuerdo. Voy a dejarle que eche un vistazo al catálogo de ataúdes. Si desea que le haga alguna recomendación, puedo asesorarle en lo que desee.
—No hace falta. Quiero un ataúd normal. De lo más común que tenga usted.
—De acuerdo, caballero. No hay problema. Aunque si me permite, tenemos unos ataúdes ecológicos que no resultan mucho más costosos que los tradicionales.
—Muy bien. Póngame uno de ésos que no dañan el medio ambiente.
—Voy a necesitar el certificado de defunción de su familiar.
—Oh, no, el futuro difunto aún no está muerto.
—¿Cómo dice, señor?
—El futuro difunto soy yo.
—Quizás entonces lo que usted busca es un seguro que cubra todos los gastos del funeral cuando le llegue la hora.
—Mi hora ya ha llegado. Será esta noche.
—Lamento muchísimo que se encuentre usted tan enfermo. ¿Puedo saber qué enfermedad padece?
—Sí. Padezco de hastío.
Morir de hastío…. una larga agonía…
Muy bueno tu relato, Mayte! 🙂
Muchas gracias, Claudia. Un abrazo!!
Jajaja 😂 Vaya tela! Me has hecho reír, aunque por otro lado pienso que va a suicidarse y eso no es bueno. Pero, claro, el punto satírico es de dies. Muy bueno. Un abrazo, Mayte! 😊 😘
Sí, la verdad es que me ha quedado un relato bastante tragicómico. Un abrazo y muchas gracias una vez más por leer lo que escribo y dejarme tus comentarios, que siempre me aportan mucho.
Una despedida con orden.
Abrazo
Sí, todo organizado antes de marcharse. Un abrazo y muchas gracias por pasarte y comentar
Estupendo relato. Llevado al extremo parece ficticio, pero tal vez no lo sea tanto. La condición humana nos depara estas sorpresas y estas harturas con consecuencias como la que describes. Un abrazo Mayte
Muchas gracias, Carlos. Quizás mi relato tiene un punto de humor negro demasiado surrealista, pero es cierto que a algunas personas el hastío las lleva a situaciones dramáticas. Un abrazo.
Me ha encantado tu relato, el hastío es lo peor que puede ocurrirte creo yo.
El final lo más inesperado para mi, muy bueno.
Un beso guapa.
Muchas gracias por leerme y comentar, María. Me alegra que te haya gustado. Esperemos que nunca nos atrape el hastío. Un abrazo
Leñe, pues ya son ganas. El hastío es una sensación demoledora, pobres funerarios lo que tendrán oído. El toque de ácido humor al final me ha gustado mucho porque de golpe rebaja la tensión de la escena. Un beso
Muchas gracias, Carlos. El pobre hombre estaba harto de todo, pero no se iba a marchar sin elegir él mismo su ataúd. No sé si le habrá pasado alguna vez a alguna funeraria, pero todo puede ser. Besos y buena semana
Morir así es morir con decencia. No por gusto. Me encantó tu relato como para soltar una sonrisa en medio del aburrimiento.
Me alegra que te haya divertido!! Muchas gracias una vez más por leerme y comentar. Abrazos!!
Eso es racionalismo y no lo que se propugna, falsamente, por ahí.
Oye, que porque estés hasta los mismísimos de la vida no significa que puedas ser ordenadito y consecuente hasta el final. Incluso pensar en los demás: lo del ataúd ecológico es un detalle para con los que se quedan.
Supongo que no es una situación muy habitual la de que una persona vaya en vida a elegir su ataúd. Es una historia extravagante pero no imposible. Gracias por comentar!!
Como hay coincidencias que siguen llamándonos la atención. Tengo algo en mi blog que tiene el mismo punto de vista (o al menos la idea es similar). Me gustó mas el tuyo!
Salud
Muchas gracias. Echaré un vistazo a tu blog. Un saludo.