La pareja llegó radiante a la ceremonia de entrega de premios. Todo el mundo los elogiaba: a él, por su inteligencia y genialidad; a ella, por su belleza y la acertada elección de su vestido. Cuando su marido subió al escenario a recoger el galardón, a ella el discurso le sonó pedante y recargado, nada que ver con el estilo sobrio por el que le habían concedido aquel premio literario. ¿Sería posible que alguien más, además de ella, se diera cuenta? En el fondo, y a pesar del pacto entre ambos, deseaba que sucediera. Empezaban a pesarle las miles de horas empleadas en la escritura de esa novela que no llevaba su nombre.
Buen relato de lo que algunos llaman un «negro» que tiene su origen en el «ghostwriter» o escritor fantasma. Es curioso porque es algo que he pensado muchas veces. Como le pasa a tu personaje, a veces no hay como abrir la boca, para darse cuenta de que algo no cuadra. Pero un pacto es un pacto. Un abrazo Mayte.
Muchas gracias, Carlos. Habría que ver en qué consiste ese pacto y en qué le beneficia a ella. Un beso
Es real, le pasó a muchas mujeres escritoras y muy probablemente sigue pasando, y en este y otros ámbitos culturales.
Me encantó.
Muchas gracias, Charly. Es verdad, le pasó a muchas mujeres, como a María Lejárraga, que le escribía las obras a su marido, que era el que se llevaba la gloria. Hoy en día aún hay machismo literario, pero espero que estos casos sean menos frecuentes. Un abrazo y gracias por comentar
Jajaja tal vez el tono del orador pueda revelar la verdad de see timo.
Delicioso relato
🌸
Muchas gracias, Canallathor. Un abrazo
A la sombra…
Y de forma consentida…
Besacos Lidia!
Lidia no, Mayte. Acababa de responder otro comentario
A veces soy una atarantada jaajjj
Gracias por los besacos, queridann 😅😉
😨😨😨😱😂😂😂
Eran para mí, ¿eh? Jajaja
😂😂😂😂 Pero llevaban mi nombre!! 😅😅😘
Muchas gracias, Sadire. No te preocupes por la confusión, jajaja… Si nos confundimos a veces en el mundo físico, imagínate en el virtual que no tenemos a la persona delante… Besos
Cuantos escritores “reconocidos” habrá así que necesiten que alguien escriba lo que publican con su nombre. Muy buen relato. 🙂
Muchas gracias, Antonio. Yo los llamaría «estafadores literarios». Un abrazo
Ya que estaba podía haberle escrito también el discurso, ja, ja.
Que los maridos tomaran la autoría de los logros de sus mujeres estaba a la orden del día hace no tanto… (quiero pensar que ya no). Un abrazo.
Muchas gracias, Luna. No podría escribirle el discurso porque seguramente estaba muy ocupada redactando su siguiente novela, haciendo la comida, limpiando la casa y cuidando de los niños, jajaja… Un beso
Eso, eso a escribir a la cocina, mientras se hacen las lentejas. Huy calla, calla, que eso es lo que me pasa a mi. Un beso.
Seguramente lo van a descubrir… Muy bueno, Mayte!
Gracias, Claudia. No sé, no sé, a lo mejor tiene suerte y nunca le descubren. Un abrazo
«Fraudeeeeeeee» -gritó alguien enmedio del discurso. Ojalá!
Muy bueno, Mayte! Un abrazo 😊
Muchas gracias, Lidia. Seguramente él se llevó los honores y ella quedó como mujer florero con un bonito vestido… Besos
Buenísimo Mayte.
Muchas gracias, Sara. Besos
Madre mía ¿cuántos habrán que tendrán que callar mientras otros ponen el nombre???
Buen relato.
Muchas gracias, Doncella
Aja… ¿y a cámbio que va a tener ? Quizá el pago lo merezca…perder la fama. ¡Muy buen texto ! En pocas palabras contar tanto y dejar mucho margen para la improvisación del lector. Un beso.
Muchas gracias… Para un escritor debe de ser durísimo que premien una obra tuya y que el reconocimiento se lo lleve otro. No sé qué pueden darte a cambio para que lo compense. Un abrazo y gracias por comentar
Gracias Mayte. Por amor se hacen muchas tonterías. Supongo que sucede muy a menudo, el afamado autor-a dibuja los trazos principales y alguien elimina reiteraciones, y pone ritmo a las ideas haciendo de la obra un edificio acogedor. Aunque históricamente ha sido la mujer quien lo ha padecido, creo que la igualdad ha alcanzado la literatura. Un beso.
Gracias, Carlos. No sé si todavía habrá esposas que escriban los libros de sus maridos, pero lo que sí tengo claro es que aún hay machismo en la literatura. Por el Día de la mujer escribí un artículo sobre este tema, e investigué un poco. Ahora estoy con el móvil y no sé cómo copiarte el link, pero si rebuscas un poco por el blog está el artículo si quieres leerlo. Un beso y buen fin de semana, Carlos
Ya lo busco. Gracias.
Hay quien busca quebrar los limites y quien deja los suyos vulnerables, se ve como costo, beneficio, en evolución la dignidad diría cuan fáctico resulta para analizar las vertientes de los hechos, los porque, quedan sujetos a las incógnitas de ambos sujetos.
Gracias, Daxiel. Un saludo
Breve, pero muy preciso. Me ha gustado mucho. Refleja muy bien lo que ha estado ocurriendo durante muchos años. Casos como este, o como el de mujeres que firman sus libros con nombres de hombre, o que parezcan de hombre, han estado muy presentes en nuestra historia. No sé si lo has hecho con esta intención, pero es a lo que me ha recordado. Besitos!
Muchas gracias, Ragdoll. Efectivamente, es eso lo que quería expresar en el relato. Un abrazo y gracias por pasarte y comentar
¿En qué habrá consistido ese pacto? Resulta increíble que alguien pudiera aceptar una situación como aquella. Pero claro, como a menudo prejuzgamos por las apariencias, él ponía cara de inteligente, y ella con su belleza, indudablemente era tonta…
Espero y deseo, que en la actualidad no suceda. ¡Muy bueno Mayte!
¡Un abrazo!
Muchas gracias, Saricarmen. Al parecer, hay muchos escritores fantasma bajo el rostro de autores conocidos. Seguramente muchos de ellos sean mujeres. Un abrazo y gracias una vez más por dejarme tus impresiones
Deliciosamente subversivo.
Me da que la desigualdad en la literatura seguirá presente de una forma sutil por unos cuantos años más. Sin embargo es genial que podamos ver un caso como este como «algo del pasado».
Gracias por el relato Mayte 😉
Carlos
Muchas gracias a ti por leerme. Algunos tipos de machismo no han desaparecido del todo. Este caso…. Creo que sí, pero quién sabe. Tal vez aún persista en países no occidentales. Un abrazo
Me encantó!
Gracias, Virginia!!
Triste, muy triste…
Cuando uno es testigo de como los otros se llevan los premios que merecemos, por el trabajo que nosotros hicimos! :´(
¡Saludos!
Sí, realmente es triste que pasen estas cosas. Un saludo y muchas gracias por pasarte y comentar.
Eres una gran micro-relatista (no sé si existe esta palabra, pero es para entendernos). Me parece muy acertada la elección de las palabras. Te auguro un gran futuro en esta disciplina. Felicidades, Mayte!!
Muchas gracias (creo que sí existe esa palabra). Un beso