Los gritos de la mujer se oían desde el rellano; le sorprendió que no hubiese ni un solo vecino asomado preguntándose qué podía estar pasando tras las paredes del tercero B. Entró sin hacer ruido y enseguida verificó lo que ya temía. Una mujer yacía en el suelo. Un hombre, tal vez su esposo, la increpaba y golpeaba. Por una minúscula rendija un niño observaba la escena, oculto tras la puerta de su cuarto. Temblaba, pero no lloraba. Tal vez el instinto de supervivencia congelaba en su garganta los sollozos que luchaban por brotar. Como muchas otras veces, pensó en la posibilidad de intervenir. Quería pegarle un puñetazo a aquel tipo, tomar a la mujer en brazos y llevárselos a ella y a su hijo lejos de allí. Pero las normas eran las normas y se limitó a hacer su trabajo. Bajo el decadente árbol de Navidad de plástico desgastado, depositó unos pocos regalos envueltos en falsa alegría. Se marchó sin ser visto, deseando abandonar para siempre su cuerpo rechoncho, su ridículo traje rojo de absurdo antihéroe.
Con este relato gané el segundo premio en el concurso de Zenda #cuentosdeNavidad
Buenísimo! Me atrapó desde el principio.
Saludos!
Muchas gracias!! Un abrazo.
Brutal, Mae!! Me ha encantando, aunque muestra una realidad demasiado habitual y un estigma contra el que tenemos que luchar con fuerza!!
Un abrazo 🙂
Ya ves, ni Papá Noel puede acabar con esa violencia injustificada… Un abrazo, amiga!!
Lidia, no puedo entrar a comentar tus entradas… Soy la única a la que le pasa o es debido al problema que tuviste?
¡Hola, Mayte! Es el problema que todavía tengo, no me lo han podido solucionar, aún estoy a la espera porque ni ellos mismos saben qué ocurre. Dicen que hay un conflicto con el link anterior y el nuevo, cosa que no entiendo porque el link anterior lo eliminé… En fin, sigo esperando a ver si me lo pueden solucionar, sino me veré obligada a iniciar un nuevo blog 😦
Para comentar, no sé por qué razón, no puedes hacerlo desde el lector, sino que tienes que entrar en mi blog, con las molestias que ello conlleva. Lo siento, pero de momento es lo único que han podido arreglar
Mamma mía, que micro más bueno. Vaya inesperado antihéroe. Enhorabuena.
Un abrazo.
Muchas gracias, Carlos. Quise ponerme en la piel de ese personaje que solo trae regalos materiales, pero al que no se le pueden pedir otras cosas más abstractas e importantes. Abrazos
Me ha encantado!!!! Bravo, Mayte!
Muchas gracias, Sadire!! Un besote
Uou… Qué bueno, Mayte. Me ha dejado de piedra, y me ha encantado. Mucha suerte, la mereces.
Un besote
Muchas gracias, Luna!! Un beso fuerte
Tiene mucha fuerza y una actualidad apabullante, el maltrato no tiene días de asueto y la ingesta de alcohol no creo que ayude mucho a calmar energumenos. Un besazo.
Efectivamente, Carlos, al maltratador le da lo mismo que sea el día de Nochebuena… Un abrazo
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Muy bueno y original Mae.
Saluditos y feliz año nuevo! 😉
¡Mierda!, me has engañado.
¡Feliz año!
Te he engañado? Feliz 2018, Francisco!!
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Enhorabuena por el premio. Buen relato. Yo también participe. Feliz 2018.
Te agradezco mucho tus palabras. Un abrazo y feliz 2018
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Actor de su propia vida.
Un micro con fuerza propia.
Un besote.
Muchas gracias, Paula. Este relato es muy especial para mí, porque con él gané el segundo premio del concurso y me llevé una alegría tremenda. Un besote