Pensé que se trataba otra vez de uno de sus caprichos absurdos. ¿Por qué no
podía dejarme tranquila? ¿Por qué no podía jugar a hacer castillos en la arena
como todos los demás niños? De nuevo vino a perturbar mi descanso
empeñándose en que quería marcharse de la playa. En un principio no
le hice caso y seguí tumbada en la hamaca con los ojos cerrados. Pero ella,
ante mi absoluta pasividad, siguió insistiendo. Me dijo que tenía un dolor
terrible en el estómago, que necesitaba urgentemente ir al baño del hotel. Fue
entonces cuando me levanté recogiendo únicamente el bolso, con la idea de
regresar a mi pequeño paraíso en cuanto mi hija terminara de realizar sus
gestiones gastrointestinales.
Llegamos a la habitación del hotel justo a tiempo. Al principio no supe
identificar el ruido terrible que se escuchaba alrededor. Nos asomamos a la
amplia cristalera y vimos cómo la playa había sido arrasada por una ola
gigantesca. Hamacas, palmeras, cuerpos vivos e inertes flotaban a la deriva en
medio del infierno líquido. Abracé a mi hija y, al hacerlo, tuve la certeza de que
ella lo sabía. Entonces, como leyendo mi pensamiento, se acercó a su mesita
de noche. Cogió su ejemplar favorito de ese momento, “El libro de los
fenómenos naturales”. En él había leído que, si de repente el agua del mar se
mete hacia adentro, hay que marcharse inmediatamente para escapar del
tsunami.
Este relato participó en el III Concurso de Microrrelatos del Hotel Montreal, y fue seleccionado y publicado en el libro «Niños y libros».
En efecto Mayte una marea baja repentina es para salir pitando. como tantos fenómenos naturales que hemos olvidado interpretar. Ya podías poner el ISBN para darle un repaso a ese libro tan interesante. Un besazo,
Es muy importante interpretar las señales de la naturaleza y es cierto que metidos en nuestras ciudades hemos olvidado cómo hacerlo. Un beso, Carlos
Niña lista. Y menos mal. Qué importante es leer desde pequeños. Lástima los demás playeros 😦
Un besote
La lectura marca sin duda una gran diferencia. Has captado bien la idea del relato. Un beso, Luna.
«leer salva vidas» era un lema en la WWI
Un lema acertadísimo.
Jo, que niña más lista. Yo hubiera estado como la madre, con los ojos cerrados y no me hubiera enterado de nada !ups!
Muy buen relato, Mayte.
Un abrazo 🙂
Muchas gracias , Lídia. No hay que subestimar la inteligencia de los niños. Un abrazo
Interesante relato e interesante blog. Volveré. Saludos
Muchas gracias. Bienvenido a mi pequeño espacio. Un saludo
Buen relato 👏👏🌊🌊
Muchas gracias!!
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