El candidato tomó asiento frente a la entrevistadora. Ésta le sonrió ampliamente antes de comenzar a hablar.
—Como ya te comenté en la reunión anterior, tu currículum nos gustó mucho y creemos que eres la persona más adecuada para el puesto.
—Muchas gracias —respondió él.
—Si te parece, vamos a hablar ahora de las condiciones.
—Claro, claro, adelante —dijo él, pensando en las ventajas de haber sido seleccionado para un puesto privilegiado, tal y como la entrevistadora le había adelantado en su reunión anterior.
—Comenzarás trabajando como becario durante seis meses. Si estamos contentos contigo, pasaremos a hacerte un contrato.
No entraba en sus planes comenzar a trabajar de becario, pero dado que llevaba un año en paro, pensó que la opción no era tan mala. Al fin y al cabo, lo importante era, como decía su madre, “meter la cabeza” en el mercado laboral.
—Bien, de acuerdo —aceptó él de buen grado.
—La jornada laboral es de 8 horas, aunque ya se sabe que siempre puede surgir algún contratiempo que obligue a permanecer más tiempo en la oficina —prosiguió la entrevistadora.
Por un momento había pensado que, al ser reclutado como becario, no tendría que hacer una jornada tan prolongada. Pero luego pensó que de esta forma se adaptaría mejor a las rutinas de la empresa.
—Estupendo —contestó él.
—La política de la compañía establece que los becarios tienen que hacer uso de su propio material de trabajo. Es decir, tendrás que utilizar tu propio ordenador portátil. Pero tranquilo, como ya te he dicho, esto es solo temporal hasta que se formalice el contrato.
Su ordenador portátil era tan antiguo que aún llevaba disquetera, la batería duraba media hora y tenía que usar un ventilador externo para que no se recalentara y se apagara repentinamente en mitad de un trabajo. Sin embargo, no se atrevió a exponer en voz alta esta lamentable circunstancia por temor a causar mala impresión.
—De acuerdo —dijo él, tratando de imaginar soluciones alternativas a su carencia de equipamiento informático en condiciones óptimas.
—Por último, me temo que durante el periodo que dure la beca no habrá ningún tipo de remuneración económica. La empresa entiende que el salario ya se abona en concepto de formación gratuita para ti —dijo la entrevistadora, de nuevo con una sonrisa inmensa.
Entonces se acordó de que solo le quedaban doscientos euros en su cuenta bancaria. Haciendo un cálculo rápido, estimó que con eso no tenía ni para pagarse el metro durante seis largos meses.
—De acuerdo —respondió él. Su madre se pondría muy contenta cuando se enterara de que aún no podría cumplir su promesa de emanciparse.
Y esto pasa…y a menudo.
Ya te digo si pasa a menudo. Está basado en hechos reales. Gracias por comentar.
Un candidato optimista 😉 genial!
Optimista porque al pobre no le queda otro remedio… Saludos y gracias por leer y comentar!!
El más puro terror urbano, sin duda, por lo realista.
Sí, una de las lacras de nuestra sociedad. ¿Qué hay peor que no tener trabajo? Tenerlo y no cobrar ni cotizar. Abrazos y gracias por comentar!
Muy bueno Mayte aunque triste por lo bien que has reflejado está nuestra realidad, ojalá fuese ficción. Y encima hay que darse con un canto en los dientes por haber «metido la cabeza». Un abrazo!
Gracias, Maru. Es una triste realidad y como bien dices, encima hay que dar las gracias por soportar este tipo de abusos. Un abrazo!!
Un problema que ya va para unos cuantos años. Lo leí y me metí en el personaje de tan bien que lo has relatado. Aquí se cumple eso de que «la realidad supera a la ficción».
Sí, por desgracia tengo personas cercanas que han padecido y padecen situaciones abusivas de este tipo. Muchas gracias una vez más por leerme. Abrazos
Qué bien has descrito la precariedad laboral del país (y del mundo). Muy bien hecjo. Me ha encantado el relato en forma de diálogo. Un abrazo, Mayte!
Muchas gracias, Lidia!! Me encanta que te haya gustado. Besos!!
Tan lamentable como real. Y encima parece que hay que dar las gracias.
Por otro lado, mi portátil tiene disquetera y la batería dura media hora, no se cómo sentirme…
¡Muy buen texto Mayte!
Muchas gracias, Luna!! La tecnología avanza mucho más rápido que el dinero en nuestros bolsillos, así que tranquila, que mi portátil anda más o menos así también. Un abrazo!!
Una vergüenza. Pero está a la orden del día.
Sospecho que hay empresas que tienen a becarios de reemplazo continuo ocupando puestos de trabajo y sin pagar nada, o mucho menos de lo que le correspondería a alguien que estuviese en ese puesto de continuo.
Lo dicho una vergüenza. Bien expuesta, por cierto.
Sí. Lo escribí un día que estaba muy enfadada (aún lo estoy) con una situación que le pasó a una persona muy cercana. Gracias por tu comentario. Un abrazo