Felices vacaciones

marElla toma el sol tumbada en la hamaca, recostada frente a las aguas brillantes de ese mar verde y cálido. Él pasea por la orilla, pisando las marcas que graban las olas sobre la arena de la playa infinita. Después de comer, ella duerme una larga siesta en la climatizada habitación del hotel. Él se refugia bajo la sombra de una palmera y pasa las páginas de una anodina novela. Por la noche, a la luz de la luna, ella pide un combinado y él un whisky solo con hielo. Se sostienen la mirada. «¿Has decidido ya volver a dirigirme la palabra?», pregunta ella. «Eres tú la que no quiere hablarme», contesta él. «Fuiste tú quien se enfadó…». Más tarde, ella se tumba en el extremo izquierdo y él en el derecho; ni siquiera se rozan en la inmensa cama. Mientras se duermen, piensan que ya queda un día menos para que acaben las vacaciones.

18 comentarios en “Felices vacaciones

  1. El orgullo cuánto mal hace… Dicen que las parejas sólidas se unen más en vacaciones, porque pasan más tiempo juntos, y las parejas con demasiados puntos débiles… no se aguantan.
    Me ha recordado esa escultura de dos adultos sentados dándose la espalda, y sus dos niños interiores intentando tocarse.
    Un besote

  2. Jaaaaaaaaa…. qué ácido. Y qué realista también. Me encanta. Pues sí, esas crisis de pareja, y sobre todo la ruptura de una relación se vive como un auténtico infierno (cuando antes con esa persona tocabas el cielo).
    No en vano dicen que el número de divorcios y separaciones se dispara tras los períodos vacacionales, es un dato con el que me troncho de risa pero que es realmente algo muy revelador e interesante. Tu relato me hace pensar también (y eso que no has introducido ese potente elemento) en los teléfonos móviles y en la gente que está auténticamente enganchada a las pantallas de sus smartphones todo el santo día. Que si redes sociales, comunicándose a distancia a veces con extraños o casi extraños, o amigos virtuales (valoro esas amistades, en verdad). No soy de esa clase de personas, pero quiero decir que eso puede hacer mucho daño y distanciar a los que están a tu lado, pues esto tristemente también se da entre las parejas. Bueno, los extremos son malos, esto no es un juicio en plan «debería prohibirse».
    También me da por pensar en el hipotético sexo de esta pareja (porque acabas con ellos en la cama) y en las veces o las situaciones en que los enfados desembocan en sexo (más salvaje). Claro que esto ni siempre se da, ni apetece ni le nace a uno. Depende. A veces estás muy tocado, a veces muy cabreado o muy decepcionado. Ya estoy filosofando.

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