Tal vez ninguno de los dos debía estar allí aquella tarde. Yo con un fusil al hombro y mi rostro imberbe de muchacho temeroso. Ella con el pelo suelto y su vestido ligeramente más corto de lo que estábamos acostumbrados. Yo haciendo guardia en mi puesto asignado en el parque de El Retiro. Ella sentada bajo el frescor arbolado con un libro del que apenas leyó un par de párrafos. Nos sorprendió el rugido de los pájaros metálicos atravesando el cielo. Echó a correr sin rumbo antes de que pudiera avisarla; el refugio estaba a escasos metros de allí, justo en la dirección contraria.
“¿Te pasa algo, papá?”, me pregunta mi hija, al pasar por el mismo lugar triste y hermoso. Invento una respuesta sobre la marcha mientras guardo las historias de muerte en el fondo de la memoria.
¡Que relato más hermoso! Recuerdos de una época amarga.
Besos primor.
Muchas gracias, María. Un beso
No se debe de superar nunca haber pasado una guerra, da igual en qué bando se estuviera.
Muy bonito. Un besote
Sin duda, no creo que nadie pueda olvidar algo tan terrible. Un beso, Luna.
Hermoso y triste relato a la vez, Mayte. ¿Cómo olvidar un suceso que haya causado tanta conmoción y en plena adolescencia? ¡Muy difícil! Podría intentar compartirlo; le haría bien.
¡Un abrazo grande, Mayte!
😘😘😘😘😘
Muchas gracias, Sari. El personaje ya es un anciano, pero lo recuerda como si fuera ayer. Un fuerte abrazo
Maravilloso micro, Mayte! Tienes tanta sensibilidad (Sigo esperando tu futura novela)
Muchas gracias, Sadire. Mi futura novela continúa en proceso. Un beso fuerte.
La sensibilidad puede ser discreta y silenciosa. Tal vez sea lo mejor para paliar esos recuerdos de una juventud truncada. Me ha gustado mucho Mayte. Abrazos.
Muchas gracias, Carlos. Quizás el protagonista del relato prefiere, como dices, recordar en silencio. Un abrazo y feliz sábado lluvioso
Durante esa dura época, todos hubieron de secar lágrimas en el silencio. Y, hacer como que no había pasado nada, paso a ser una costumbre social «generalmente» bien aceptada. La rabia se fue tornando miedo, aceptación y fervorosos aplausos. Un abrazo. Como en Corea del Norte.
Qué horrible sufrir tanto y no poder contarlo… Por eso muchos reclaman hoy la llamada «memoria histórica». Un abrazo, Carlos
¡Hola!
No sé cómo he llegado aquí, pero tengo que decirte que has sido mi gran descubrimiento del día. Muchas gracias por compartir con los que te leen tanta magia, tus palabras están cargadas de belleza y cuesta descubrir blogs tan auténticos en este mundo de WordPress. En serio, me encanta.
En cuanto a la entrada, ¡qué maravilla! Coincido con los comentarios anteriores en que es un relato agridulce, lleno de sentimiento y de dolor, pero creo que es muy necesario recordar épocas como esas aunque a veces duela mirar atrás. Muchas gracias por publicar algo tan sentido, se nota que lo que escribes te nace directamente desde las entrañas.
Un abrazo fuerte ♥
Hola, Miss Poesía (bonito seudónimo).
Muchas gracias por tus palabras. Creo que todos los que escribimos tratamos de despertar algún tipo de emoción en quienes nos leen. Es maravilloso cuando descubres que alguien desconocido te ha leído y ha sentido esa emoción.
De nuevo muchas gracias. Nos vemos por aquí.
Un fuerte abrazo
Gracias a ti por escribir de manera tan bonita, un abrazo Mayte ❤