«La niña me ha dicho que ojalá me muera», dice la mujer, de pie en mitad del salón. El hombre, sentado frente al televisor, responde distraído. «No hagas caso de sus tonterías, mujer». El volumen del aparato está demasiado alto. Un comentarista deportivo retransmite un partido de fútbol con el inconfundible tono exaltado. «¿Tonterías? ¿De verdad te parecen tonterías?», contesta la mujer. El reportero canta un gol en ese momento. El hombre se levanta, grita, blasfema, enrojece de un modo insano e inquietante. Los pasos de ella resuenan por el pasillo. Una corriente de aire cruza la casa. El hombre no escucha el golpe seco en el patio de luces, pero sí le llegan, nítidos, los gritos de una vecina que tendía la ropa.
Qué impacto!!
La escena es muy frecuente, no su final, por suerte.
Buen relato, Mayte.
Gracias, Paloma. La escena seguramente sea un clásico en muchos hogares. Abrazos
Siempre consigues dejarme sin aliento😅
Gracias, Sadire. Un besote
¡Qué bueno, Mayte! Tremendo impacto. Las cosas que se trivializan y lo amargo del final. Un relato que parece el signo de los tiempos…¡Enhorabuena!
Gracias, Jorge. No sabía si realmente iba a impactar el final o si los lectores iban a intuir lo que iba a pasarle a esta pobre mujer. Lo has explicado muy bien: el signo de estos tiempos… Un abrazo
La desatención a lo que de verdad resulta importante y la soledad de quien habita en compañía. ¡Es un relato de impacto! Un abrazo.
Gracias, Carlos. Has explicado de maravilla lo que quería transmitir. Un abrazo
Buf, brutal, Mayte. Ya no le parecerá una tontería, aunque puede que solo lo note a la hora de la cena o cuando no tenga ropa limpia.
Un besote
Gracias, Luna. Quizás la eche de menos más de lo que imagina. Un beso
Terrible! Y pensar que tanta y tanta gente cena con la televisión y no con su pareja…o en soledad -consigo misma- si es que no la tiene. Para mi tiene un valor inmenso ese tú a tú a la noche, charlando tranquilamente de como ha ido el día, con quien quieres…
Muy buen relato, Mayte.
Me gustó volver a leerte.
Muchas gracias, Mukali. No escribo mucho por aquí últimamente… También a mí me agrada «verte» de nuevo. Un abrazo
Duro, pero realista. Te deja con el cuerpo revuelto.
Enhorabuena Mayte¿
Muchas gracias, Capitán.
Se veía venir, no? Aunque puede que hayan varias variantes para el final.
Saluditos Mayte! 😉
Sí, supongo que se veía venir. No siempre es fácil hacer el giro final de un microrrelato. Un abrazo.
Bueno, es que yo siempre considero el caso peor. Manías de programador! 😀
Situación extrema. Caso extremo. Un final muy bestia, terrible, obviamente.
«Extremo» no quiere decir en absoluto imposible, o impensable, o irreal. O que no haya sucedido unas cuantas o muchísimas veces. Sobre todo la indiferencia de muy especialmente la parte masculina. Otra cosa es el final. Tampoco imposible, insisto. Porque situaciones así se dan, o bastante o extremadamente parecidas.
¿Qué puedo decir? No sabía si comentar ni qué decir, aparte de terrible y situación extrema. Pero pensé…
-Pues vaya «fichaje» que hizo esta mujer con este individuo…
-La red retiene el balón dentro de la portería. Pero no hubo red para frustrar ese salto al vacío.
-Ella se sintió muy fuera de juego y al final fue él el que quedó totalmente fuera de juego.
-En la Champions League de la indiferencia (futbolera) y la insensibilidad, este individuo se planta sin duda en la final…
-¿Le enseñamos tarjeta roja, entonces?
Esto… no te gusta nada el fútbol, ¿verdad, Mayte? Jajaja. O eso me parece…
«El hombre se levanta, grita, blasfema, enrojece de un modo insano e inquietante».
El «papel» en el que queda el fútbol. Podría desarrollar esto, bastante. Ahora no. Sin que sea un acérrimo defensor, de esos a ultranza. Pero bueno, me gusta el fútbol.
Este deporte tampoco es «el culpable» o «el problema». Este señor podría haber estado haciendo sudokus, o chateando por el móvil, o leyendo el periódico.
O tú podrías haber titulado la entrada…
«Película de vaqueros» o…
«Película de la Pantera Rosa» o…
«Tarde de Sálvame»…
O mil cosas más, sin relación con la caja tonta. No sé si ves por dónde voy. Y sin embargo lo titulaste «Partido de fútbol». Lo entiendo. Sintomático, típico, representativo, real…
Puedo desarrollarlo más, claro.
Un abrazo.
Jajaja… ¿Cómo has adivinado que no me gusta el fútbol? En realidad no tengo nada en contra del fútbol como deporte. Lo que me horroriza es el espectáculo, la condición de semidioses de los futbolistas, la agresividad de algunos cuando pierde su equipo… En fin, podría seguir. Pero tengo que darte la razón. El problema de esta familia ficticia de mi relato no es el fútbol. La mujer estaba harta de todo, el fútbol no es lo que la induce a hacer lo que hace. Gracias por comentar. Abrazos
Hoy en día la falta de comunicación en las parejas, es un mal frecuente que trae la falta de entendimientos y las peleas matrimoniales interminables que después termi an en divorcios. Tu relato lo expresa de una manera trágica pero valedera para llamar la atención. Un buen relato que ya es una constumbre en ti. Lo disfrute.
Muchas gracias, Manuel. La falta de comunicación es un mal de nuestro tiempo. Abrazos
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