Al atravesar el parque, muy cerca de una pequeña zona infantil con columpios, me fijé en una mujer que gritaba muy nerviosa un nombre femenino: «¡Marta! ¡Marta!». Cuando pasé a su lado, la mujer me detuvo. «Se ha perdido mi hija», me dijo, con el gesto descompuesto. Me sentí en la obligación ética de ayudar a aquella madre desesperada, de forma que yo misma comencé a gritar el nombre de su hija. Me sorprendió que el resto de personas que se encontraban por allí no se unieran a la búsqueda. Otra mujer se acercó a mí y me lo aclaró: «No hace falta que la ayude a buscar a su hija. La niña desapareció en este parque hace ya cinco años».
¡Qué bonito! pero te deja un pozo de tristeza.
Besos guapa.
Lo que cuento en este relato es lo más horrible que puede sucederle a una madre: que desaparezca un hijo y no volver a saber nada. Un abrazo, María
Jolines que triste y angustioso. Solo de intentar ponerme en la situación se me hace un nudo en el estómago
Sí, es lo más angustioso que puede haber. Yo lo viví en una pesadilla parecida que tuve hace poco. Afortunadamente desperté. Un abrazo, Sadire.
¡Qué tremendo! Cuánta desesperación e impotencia!
Nadie quisiera vivir una situación como aquella…
Demoledor y buen relato, Mayte!
Un abrazo! 😌
Muchas gracias, Saricarmen. Un abrazo.
Pobre mujer, me ha encantado a pesar del sabor agridulce de la tristeza.
Muchas gracias, Doncella. Un abrazo.
Logras lo que te propones, Mayte!
Gracias, Claudia. En este caso he conseguido angustiar a la gente… De vez en cuando publicaré algún relato más alegre para que mi blog no se convierta en un sufrimiento constante, jeje… Un abrazo.
A mí, me gusta lo que escribes y cómo lo haces. Un abrazo!!!
Ohh qué triste historia 😢
Muy buen micro, Mayte! Un abrazo 😊
Muchas gracias, amiga. Un abrazo.
Solo leyendo el título ya me he empezado a angustiar. Como dices en un comentario es lo peor que le puede pasar a una madre. El microrrelato es eso, angustioso, así que lo has hecho muy bien. Un beso.
Como le decía a Claudia, voy a publicar de vez en cuando relatos más alegres porque si no mi blog va a ser un lugar para el sufrimiento y la angustia, jeje… Pero la verdad es que me salen las historias dramáticas con más facilidad. Ésta vino a raíz de una pesadilla terrible que tuve el otro día. Fui muy feliz cuando desperté y vi que había sido un sueño. Un abrazo, Luna.
Terrible. Debe ser angustioso de por vida que te suceda algo así. De algún modo es comprensible que un hecho así te deje marcado.
Besos, Mayte.
Por eso esta pobre mujer se vuelve loca y sigue buscando a su hija cinco años después en el mismo lugar donde se perdió. Un abrazo, Mukali.
Jolin Mayte, eso es como para volverse loco de remate. Cualquier cuestión que afecte a los hijos es una fuente de preocupación. Un beso,
Sin duda es un drama insuperable para cualquier madre o padre. Un beso, Carlos.
Qué triste final, Mayte. Un microrrelato precioso de una realidad que asusta, asusta mucho. Está claro que compartimos inquietudes. Un abrazo.
Gracias, Laura. Recuerdo que tuve un sueño angustioso y lo escribí después de ese sueño. Un abrazo
uy Mayte, a veces la naturaleza, la física de los padecimientos, los accidentes, hasta los sueños, quitan de la vida de madres a sus vástagos, despeñando a la carne que dio carne, al peor de los destierros, que es «NO» tener titulo superfluo, de su estado hasta su entierro…un escrito crudo pero tan real como la vida misma.
Gracias por comentar, Daxiel. Un abrazo.
Un micro muy bueno, pero muy triste a la vez… Deja un regusto amargo.
Un abrazo!
Muchas gracias, Andrea. Un abrazo
La empatía es lo que falta en el mundo. La última frase me puso los pelos de punta. Qué tristeza, no importa el paso del tiempo, los padres que han pasado por eso, siempre guardan esa esperanza de que algún día volverán esos hijos perdidos. Gracias Mayte. Un abrazo
Gracias a ti, Richard. Efectivamente, esta mujer sigue buscando a su hija a pesar de que haya pasado todo ese tiempo. Un abrazo
Es un triste relato y me ha gustado como lo desarrollas. Es de lo peor que puede sucederle a unos padres. Y la reacción de la madre atada a una esperanza falsa y estéril. Cuando suceden cosas así, debemos valorar más si cabe lo mucho que tenemos. Un abrazo Mayte.
Algo así es para volverse loco y no recuperar el juicio en tu vida. Un abrazo y muchas gracias, Carlos
Qué relato más triste, Mayte. Pero muy bien contado
Muchas gracias, Samaniyu
De nada, Mayte. 😉
¿Me identificas ya?
Jajaja… Bienvenida, amiga!!
Una pérdida que no es una pérdida. Un relato macabro sobretodo por lo inconcluso. Es muy difícil llorar a quién no has despedido definitivamente. Incluso la devastadora noticia de saber que su hija ha muerto seria probablemente un destino menos cruel para esa mujer que vivir en el delirio de un retorno imposible.
Dureza extrema en poco menos de 100 palabras. No es nada fácil, así que muchas felicidades.
Me parece genial que también vayas intercalando textos alegres en el blog, Mayte. Sobretodo para que tu estado de ánimo y el nuestro no se ensombrezca en exceso 😛
¡Un abrazo enorme!
Carlos
Muchas gracias, Carlos. Sí, de vez en cuando tiraré de humor, aunque sea negro… Pero por algún motivo el drama me resulta más fácil de plasmar. Un fuerte abrazo.
Escalofriante relato. Siempre fiel a tu estilo lúgubre. Me gustaría saber qué escritores/as son tus referencias. Un besazo, Mayte,
Me costó mucho escribir este relato. Soñé algo parecido y fue una angustia insoportable. Un beso