La ladrona

relojLa ladrona no tuvo demasiado cuidado en extraer el objeto de la vitrina. Varios visitantes la vieron hacerlo y avisaron al guardia de seguridad. Cuando la encontraron, estaba sentada en las escaleras del museo mirando fijamente el objeto sustraído: un reloj de oro de bolsillo con forma de corazón que al abrirlo mostraba la hora, detenida a las 5:15 desde hacía mucho tiempo. El vigilante le arrebató el objeto y ella se puso a llorar. “Puedo pagarlo. ¿Cuánto cuesta?”, preguntó, desconsolada. Pero el reloj no estaba a la venta. El museo necesitaba seguir exhibiendo aquel pequeño objeto que marcaba la hora en la que su abuela y otros cientos de personas murieron asfixiadas en una cámara de gas.

22 comentarios en “La ladrona

      1. Creo que visitar esos lugares terribles, sería muy recomendable para todos los universitarios, de manera especial, a los de áreas sociales y humanidades. No debemos dejar que se olvide el horror. Un beso.

  1. Lo increíble del objeto que sustenta un momento, la búsqueda de esa alma que vaga sin consuelo, la hace aferrarse de lo más intrépido, es ese mismo tiempo el que cercena su cuerpo, pero que no cuenta por sentirlo poseedor de su recuerdo; muy buen relato.

  2. @lidiacastro79

    Buah! Es buenísimo! Me ha encantado por la profundidad, la sensibilidad y el montón de reivindicaciones que haces con este micro. Bravo!! Un beso, Mayte!

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