Miedo

calle oscura
Eran las diez de la noche y hacía rato que había oscurecido. Ella caminaba con rapidez por aquella calle solitaria lamentando no haber escogido otro camino más concurrido. Una figura emergió bajo la luz de una farola y comenzó a caminar hacia ella desde el otro lado de la calle. Era una silueta masculina ataviada con gabardina larga y botas de estilo militar. Pese al frío escarchado, ella comenzó a sudar. Pensó en la posibilidad de cruzar a la otra acera, o tal vez volver sobre sus pasos y echar a correr. Sin embargo, sus pies siguieron caminando de frente y dos segundos más tarde se cruzaba con aquel hombre. Suspiró aliviada al comprobar que nada malo le había pasado. Pero, un instante después, sintió una voz a su espalda y los pasos apurados de aquel personaje caminando hacia ella. Desoyó las llamadas del desconocido y siguió caminando, hasta que una mano le rozó el hombro y ella lanzó un grito de verdadero pánico. «Perdona que te haya asustado. Solo quería darte tu cartera, que se te había caído».

40 comentarios en “Miedo

  1. Baumann

    Buen final aunque este relato me ha recordado al de las chicas en la gasolinera y el tipo que le advierte que le está echando diesel a un coche de gasolina. Hasta otra!

  2. Vamos, rica mía, que has hecho que lo lea con el ombligo encogido.
    Eso sí, yo hubiese salido gritando si me tocan el hombro en esas circunstancias. Que tener barba no significa no poder ser una histérica ;P

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