Traducciones insólitas

Tengo un amigo, Jorge Camacho, que es poeta, bibliotecario y además habla un montón de idiomas. Una de esas lenguas exóticas que maneja es el esperanto. Hace unos meses me dijo que quería traducir unos relatos míos para publicarlos en una revista esperantista y a mí me pareció fantástico.

Como casi todas las cosas minoritarias de este mundo, el esperanto tiene una historia apasionante y desconocida detrás de esa apariencia de idioma inservible que solo hablan unos pocos «frikis». El esperanto surgió con la idea de crear una lengua neutral y fácil de aprender que facilitara la comunicación internacional sin favorecer a ninguna lengua nacional en detrimento de otras. Era una utopía, y ya sabemos que los proyectos utópicos siempre se han enfrentado a grandes y numerosos enemigos. Lo que no imaginaba era que esos enemigos del esperanto habían sido tan sangrientos. Durante el siglo XX, varios regímenes políticos persiguieron a los esperantistas. Adolf Hitler lo consideró una lengua peligrosa que podía ser usada por los judíos para llevar a cabo una conspiración (supongo que en la paranoia de Hitler tuvo mucho que ver el hecho de que su creador, Ludwik Lejzer Zamenhof, fuera judío). Por este motivo, los esperantistas fueron perseguidos durante el Holocausto. Pero es que también fueron perseguidos por Stalin, que sospechaba que el esperanto era una lengua de espías, de manera que también hubo ajusticiamiento de esperantistas en la Unión Soviética. A Franco tampoco le gustaba mucho el esperanto por la vinculación que previamente había tenido con el movimiento obrero y, tras la Guerra Civil, muchos de los que quedaron en España fueron represaliados y encarcelados.

Pese a todos los problemas que a lo largo de la historia ha atravesado, el esperanto sigue vivo, mucho más vivo de lo que muchos imaginan. En el ámbito literario, se editan revistas en esperanto dedicadas exclusivamente a la publicación de obras tanto traducidas como originales. Una de esas revistas es Beletra Almanako, para la que Jorge Camacho ha traducido tres relatos míos (los tres están publicados en español en mi blog: Ciento veinte escalones, Gonadotropina coriónica humana y Rituales contra el insomnio). Muchas gracias a Jorge por sostener la utopía y por dejarme un pequeño hueco en ella.

16 comentarios en “Traducciones insólitas

  1. Ostras… Hitler, Stalin y encima de postre Franco. La santísima trinidad. Hasta resultarían graciosas las paranoias de estos tiranos si detrás no hubiera tanto sufrimiento.
    Pues siempre lo vi como algo artificial, claro está, y un invento que lentamente había perdido fuerza, hasta caer en cierto declive o desuso. Puede que sea todo lo contrario. Nace en 1887, acabo de buscarlo… y no lo sospechaba tan antiguo. Interesante.
    Yo creo que junto al euskera es de los que se me hacen más chocante y extraño. En nuestro alfabeto.
    Me alegro por esas traducciones.

    1. Me alucinó la historia tan apasionante que hay detrás del esperanto. Es una lengua artificial, claro, pero el objetivo era que ninguna potencia tuviera ventaja sobre el redto, cosa que no ha podido ser. Los angloparlantes tienen una clara ventaja en las relaciones internacionales y eso, obviamente, no ha sido casual.

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